A pesar de que los niños son muy susceptibles a los virus de la gripe y el resfriado, ya que su sistema inmunitario es más vulnerable y se encuentra en constante desarrollo, la realidad es que la mayoría de estas infecciones tienen un efecto beneficioso, contribuyendo a activar y reforzar las defensas de su organismo.
Pese a ello, suele ser un motivo de preocupación entre los padres, sobre todo cuando se trata de bebés. Según la Dra. Patricia Ruiz Gasull, pediatra de urgencia en IMED Colón, los resfriados y la gripe son las infecciones víricas más habituales, contagiosas y motivo de consulta por excelencia en la Unidad de Pediatría.
Además, según añade el Dr. Bernardo Michel Suárez Medina, pediatra en IMED Elche, es normal que se produzcan entre 6 y 8 episodios de resfriado por año, soliendo estar concentrados en los meses de más frío o en los cambios de estaciones, y siendo muy frecuentes durante los primeros años de vida, especialmente si el niño acude a la guardería.
¿Qué diferencias hay entre la gripe y el resfriado?
La gripe y el resfriado son dos enfermedades infecciosas que afectan a las vías respiratorias manifestándose con algunos síntomas comunes, como el dolor de garganta o la tos, motivo por el que en ocasiones cuesta diferenciarlos, sin embargo, presentan ciertas diferencias que determinan el tratamiento a seguir en cada caso.
El resfriado común o catarro es un proceso viral leve que suele durar entre 5 y 7 días. Lo pueden causar más de 200 tipos de virus (entre los que se encuentran el rinovirus, el coronavirus y el adenovirus), por lo que no existe una vacuna específica para esta enfermedad. Sus principales síntomas en niños son estornudos, goteo y congestión nasal, tos con mocos y, en raros casos, fiebre baja. Lo normal es que tras una semana tu hijo empiece a sentirse mejor, pero puede que requiera un tratamiento para reducir la intensidad de los síntomas. Si bien es muy poco frecuente que el resfriado presente complicaciones, entre las más comunes se encuentran el dolor de oído, sinusitis o fiebre alta durante más de dos días. Ante estos síntomas, es aconsejable acudir al pediatra para realizar una evaluación.
Por su parte, en el caso de la gripe debemos prestar especial atención ya que, a diferencia del resfriado, es más común que pueda complicarse y derivar en otitis, sinusitis, faringitis o incluso neumonía. El responsable de esta enfermedad es el virus de la influenza, y sus síntomas más frecuentes en niños son tos, mocos, flemas y garganta irritada, fiebre alta (pudiendo sobrepasar los 38°C), escalofríos y temblores, dolor de cabeza, músculos y articulaciones, e incluso diarrea o vómitos. En ocasiones puede complicarse con sinusitis o infecciones de oídos (otitis). Los síntomas de la gripe aparecen de forma repentina en tan solo 24 horas tras el contagio y su intensidad suele disminuir una vez la fiebre empieza a bajar. Por lo general, los niños suelen superar la gripe trascurridos unos 10 días.
¿Qué debo hacer si mi hijo tiene un resfriado o gripe? ¿Debe ir a la escuela?
Una vez identificados los síntomas de gripe o resfriado, y valorada su gravedad, debemos tener en cuenta algunos cuidados higiénicos y alimenticios para aliviar las molestias de los niños.
Los niños con un resfriado común pueden ir a la escuela, ya que esta patología respiratoria es muy frecuente en edad preescolar y escolar.
Sin embargo, si tu hijo tiene un resfriado más severo o gripe, los pasos a seguir para combatir la infección son descansar en casa, procurar una buena alimentación e hidratación, y tratar de aliviar los síntomas como la fiebre y la mucosidad con el tratamiento que nos haya recetado nuestro pediatra.
¿En qué casos tengo que dejar al niño en casa y no llevarlo al colegio? ¿Cuándo se considera que el niño ya está bien para volver a la normalidad?
No deberá acudir al colegio en caso de tener fiebre con 38ºC o más, tos molesta y mucha congestión, irritabilidad y cansancio, dificultad para respirar o diarreas, ya que estos síntomas no le permitirán tener un adecuado desempeño escolar y requerirán, además, mayor cuidado por parte de sus padres.
Podrá volver al colegio cuando hayan pasado al menos 24 horas sin fiebre, tenga síntomas leves como, por ejemplo, un poco de moco, y se encuentre activo para participar en las actividades escolares.
¿Cómo puedo prevenir contagios? ¿Qué medidas de higiene debo tomar?
Con la vuelta al colegio también vuelven las infecciones en los niños, algo totalmente inevitable teniendo en cuenta que los niños suelen tener secreciones como mocos, saliva o legañas e interactúan entre ellos compartiendo juguetes o incluso teniendo contacto físico.
Para evitar posibles contagios, se recomienda mantener una dieta variada y hábitos saludables, una buena hidratación, lavarse las manos regularmente (especialmente después de toser, estornudar y sonarse), evitar el contacto con personas que padezcan la enfermedad, no compartir material de higiene personal, utilizar pañuelos desechables y tirarlos nada más usarlos, cubrirse bien la boca y la nariz con el codo o pañuelo al toser o estornudar para retener las secreciones respiratorias, y si es grupo de riesgo, vacunarse de la gripe.
Por último, en las guarderías, colegios y lugares muy concurridos, debe ventilarse con frecuencia, extremar las medidas de higiene por parte de los cuidadores, y desinfectar regularmente los juguetes y materiales compartidos.